jueves, 19 de julio de 2007

Ahora que estoy forrao

Ahora que estoy forrao, el mundo de repente parece un lugar más lujoso y amable, todo el mundo me regala su sonrisa aunque yo ni le mire a la cara. Ahora que estoy forrao, aquellos que antes me consideraban escoria ahora no se atreven a mirar más arriba de mis lustrosos zapatos, y me tratan de "señor" sin añadir "por favor, márchese sin armar escándalo". Mi dinero es mi traje de etiqueta.
Ahora que estoy forrao, aquella que me encontraba repelente ahora de repente se abre de brazos cada vez que me ve por la calle esperando un abrazo de mi fortuna, mientras su mirada apunta decentemente a algún punto cerca de mi entrepierna, para ver mejor el bulto que forma la cartera en mi bolsillo. Claro que, ahora que estoy forrao... si tengo que comprar, las hay mejores. Mi dinero es mi atractivo.
Ahora que estoy forrao, las fronteras no son barreras, ni las aduanas impedimentos; los controles son un lugar donde dejar limosna y los cacheos, un grave problema para un empleado despistado. Ahora que estoy forrao puedo, si quiero, robar y forrarme más, porque la justicia es un artículo que puedo pagar. Mi dinero es mi abogado.
Ahora que estoy forrao, los focos me apuntan, mi vida es una historia apta para escribir biografías, y soy tan interesante que gente que no me conoce, habla de mí. Ahora que estoy forrao, soy un gran actor, cantante, escritor, gobernador, deportista, o lo que me dé la gana; siempre brillaré en aquello a lo que me dedique, como una moneda recién puesta en circulación. Mi dinero es mi obra.
Ahora que estoy forrao, veo el precio de las cosas. Todo tiene su precio, y yo me puedo permitir el respeto, la fama, la inmunidad... Los ideales, creencias, principios, sentimientos ... ninguno es un obstáculo para don Dinero. Veo también el precio de las personas, basta hacer una oferta jugosa para que se les haga la boca agua. Mi dinero es mi nueva mirada.

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