sábado, 30 de abril de 2011

Geolocalización

Palabra clave: geolocalización. Puede sonar poco importante, pero supone un cambio enorme en cómo usaremos internet en los próximos años.
La geolocalización cambia el paradigma de Internet. Ya no es un "universo paralelo virtual", sino que toma contacto con el mundo real. De repente todo tiene un lugar (físico) en internet. Una persona está lejos o cerca, una web se transmite desde un punto concreto del mapa... Las páginas web se adaptan al lugar donde estamos, podemos recibir avisos, ofertas, etc ...
Geolocalización.
Pero, ¿qué es exactamente la geolocalización?
La geolocalización consiste en que los dispositivos que acceden a Internet comparten su posición geográfica (cosa que es posible gracias a la amplia difusión de los dispositivos GPS (aunque hay métodos más rudimentarios, como preguntarle al usuario directamente) y a un mapeo bastante completo del mundo.
Conocida la posición, es mucho más fácil acceder a la información que interesa por su cercanía.
Un ejemplo: vas andando por la calle, y te apetece un helado. Buscas "heladería" en Google, e inmediatamente te aparecen en un mapa las heladerías a menos de cinco minutos a pie. Esto no es ciencia ficción; es geolocalización.
Otro ejemplo: tu coche se avería en la autovía. Presionas el botón de SOS del móvil (o del ordenador del coche) y se avisa al taller más cercano, con todos los detalles de la avería (aquí entran en juego otras tecnologías ya existentes). Y un tercer ejemplo: estás en el tren aburrido, con una hora de viaje por delante. En ese momento miras tu móvil y te das cuenta de que un amigo tuyo está en ese mismo tren, ya que el móvil no sólo te dice qué contactos de Facebook están conectados, sino cuáles están además cerca.
Este último ejemplo pone en relieve una desventaja de la geolocalización, y es que puede violar la intimidad de los usuarios. Por eso es importante conocer esta función y desactivarla cuando sea necesaria. Algunos modelos de móviles Android y el iPhone tienen aplicaciones que usan la geolocalización.

lunes, 25 de abril de 2011

Incógnita

Observaba las llamas jóvenes de las cortinas. Absorto, pensaba. Pensaba en nada y pensaba en todo, en nadie y en todos. Pensaba en paz, aislado de todo lo que le rodeaba, de las alfombras en llamas, de los muebles encendidos, del televisor que estallaba en un millón de chispas.


Se levantó de la cama y salió al balcón. Y se lanzó a volar. Su melena ondeaba indiferente, sus pensamientos eran libres. Sobrevolaba calles, parques, lagos. Flotaba sobre la nada, ciego, sordo. Pensaba en algo ahora. Tenía claro que quería volver a su casa. Cerró los ojos. Los volvió a abrir. Absorto, observaba las llamas viejas de las cortinas.

(Inspirado y escrito íntegramente mientras escuchaba "Touch me I'm going to scream Part II" de My Morning Jacket. Patrocinado por mi horario de sueño alterado)

miércoles, 20 de abril de 2011

Insomnio

Esta es la entrada número 200 de Vive Libre o Muere. Creo que refleja bien el espíritu de mi blog: caótico, improvisado y sin mucho sentido.


No puedo dormir. Doy una vuelta, doy otra. Intento no pensar, intento pensar en cosas sin sentido. Pero no puedo. Todo es coherente. Todo tiene conexión. Todo tiene continuidad. La luz que se filtra por la persiana ilumina el techo, ilumina los espejos, ilumina las arañas. Ando una manzana y dos. El ruido que se filtra por las ventanas es de una moto pasando, un coche pasando, el camión de la basura parando. No puedo dormir. Me levanto, voy a la cocina y enciendo la luz. Y abro el frigorífico. No queda más comida, ya la he terminado en mis viajes anteriores, pero no me acordaba. Abro el armario de los cereales, pero sólo queda algo de ron barato. Es algo. Vuelvo a la cama. No puedo dormir. Todos los niños ahora me rodean con sus miradas perdidas. No puedo dormir. Doy más vueltas, y más, y más ... Tengo calor, retiro las sábanas. Tengo frío, me las vuelvo a echar encima. Doy otra vuelta. Tengo calor, me quito las sábanas de una patada. Me levanto, voy a la cocina y abro el frigorífico. La luz del frigorífico ilumina el techo, ilumina las arañas. No queda comida, sólo algo de vodka barato. Es algo. No puedo dormir. Me tropiezo y caigo al suelo, bajo la atenta mirada de la pequeña multitud. No puedo dormir. Vuelvo a la cama, pero no me tumbo. Decido salir a la calle y dar una vuelta hasta cansarme. Me visto y me calzo. En la calle no hay nadie; si acaso, ocasionalmente, un coche que pasa. Pierdo la cabeza. No me canso, empiezo a correr. Pasa una moto. De lejos, una ambulancia. Estúpidas ambulancias, se creen muy importantes con sus sirenas y sus letras al revés. Paso cerca de una guardería. Hay un niño mirándome. No puedo dormir. Ignoro qué hace ahí a estas horas. Dejo de mirarlo y miro al frente. El niño está ahí también, con una pelota de playa. Voy a chocar con él. A mi derecha vuelve a aparecer, pero desaparece de delante. La brisa que se cuela por debajo de la puerta mueve las telas de araña. Corro más rápido, pero me persiguen. Miro atrás, cada vez son más. Todos van con sus pelotas. Todos corren. Ninguno habla. Me levanto del suelo, ya casi me tienen. Me vuelvo a caer, y me rodean. Me miran, pero no a mí. Tienen las miradas perdidas. No puedo dormir.

miércoles, 6 de abril de 2011

Ahorrador

Érase una vez un hombre que tenía la obsesión de guardarlo todo.
En su niñez, eran juguetes y chucherías lo que guardaba. No jugaba con ellos, no los prestaba, si acaso, los miraba de lejos; simplemente los guardaba. Cuando dejó de ser niño, era el adolescente con más juguetes, todos impecables. Más adelante pudo vender esos juguetes que se habían convertido en objetos de coleccionista.

Se hizo mayor y fue estudiante. Todo lo que aprendía en clase se lo guardaba para sí mismo. Nunca prestó sus libros, ni sus conocimientos, y en los exámenes estuvo siempre atento a que nadie le copiara, pues quería guardarse las respuestas para él. Cuando dejó de ser estudiante, era el que mejores notas tenía, el estudiante más sobresaliente de su clase. Con tanta preparación, era un buen candidato para conseguir el mejor puesto de trabajo.

Encontró trabajo, y con ello ganó algo de dinero. Y no quiso gastarlo, sino guardarlo. Guardó todo lo que pudo, sin permitirse lujos. Nada de viajes inútiles, ni entretenimientos absurdos, ni salidas con amigos, ni citas con mujeres. Todo tenía que guardarse en el banco. Y así, se hizo rico. Cuando llegaron las vacas flacas los demás se lamentaban, mientras que él seguía teniendo más dinero del que jamás iba a necesitar.

Y siempre, siempre, desde que fue niño hasta que fue viejo, racionó mucho su tiempo. Lo dedicó a lo estrictamente necesario, sin perderlo en tonterías o en ocio. Siempre que pudo, guardó el tiempo que le sobraba. Cuando llegó la muerte, se convirtió en el cadáver más solitario y triste del cementerio. Pues todo ese tiempo que ahorró, todos esos segundos y horas que guardó, se perdieron para siempre.

Una moneda se puede guardar en un banco y usarse más tarde, un juguete se puede guardar y revalorizar con el tiempo, un secreto se puede guardar y explotar en beneficio propio, pero un segundo... un segundo se volatiliza en cuanto se mide, se usa o se pierde, no se puede guardar. No guardes tu tiempo, vive.

martes, 5 de abril de 2011

Seezdah be dar


Con retraso (agenda muy apretada) llega la tercera entrega sobre el año nuevo persa. La última fecha importante de este evento es el Sizdah be dar (literalmente "El trece fuera [de casa]").
Se celebra el decimotercer día del año y consiste en pasar todo el día fuera de casa, normalmente en parques o en el campo, donde se organizan picnics multitudinarios.
Es una celebración simple cuyo único fin es pasar un día dedicado al descanso y la alegría, a la familia y a los amigos, y también para conocer gente nueva.
Las ciudades se vacían completamente en el Seezdah be dar, y Al final del día se tiran los vegetales del Haft Seen, que han recogido todo el mal del año anterior.
Con esto concluyen las vacaciones del año nuevo persa, y al día siguiente, la vida vuelve a la normalidad, pero en un año en blanco, aún por escribir.
Espero y deseo que este año nuevo sea un año de cambios profundos en Irán y también en el resto de la porción del mundo que actualmente está sumida en la revolución.