miércoles, 30 de abril de 2008

El desafío del tiempo

Fue un momento, un instante, mucho más corto que un parpadeo, que el batir de alas de un mosquito. Una minucia. Pero en ese instante comenzó todo. El Universo, las estrellas, los mundos, los seres vivos, el mismo tiempo, comenzó en un instante. En ese instante, el primero, no existía un antes. Antes no había nada, y antes no era nada. El después, el futuro, éramos en ese momento nosotros.
A dia de hoy, nosotros somos ahora, el comienzo antes y sólo Dios sabe qué es el futuro. Todo cambia con el tiempo. Hasta llegar a hoy, a nosotros, al 30 de Abril de 2008, muchas cosas han pasado. Muchas conjunciones y coincidencias hasta que pase lo que está pasando, lo que esté pasando... Algunos sucesos ya no existen, sólo forman parte del pasado, otros siguen en el presente, compartiendo con nosotros la fotografía del "ahora". Si algo es evidente, es que todo lo que es, tuvo un comienzo.
Y nuestra experiencia nos enseña que todo lo que es, algún día dejará de ser. Todo acaba con el tiempo. Llegará un momento en que ya nada sea, en que todo acabe como comenzó, incluido el propio tiempo. Pero en ese largo periodo entre la creación del Universo y su colapso (o su gradual disolución en la nada), quien no cambia, quien siempre gobierna, es el tiempo. Este Universo es su Universo. Todo lo demás son simplemente sucesos que nacen y mueren, y en ese paréntesis, nos conciliamos mejor o peor con el tiempo.
El tiempo es un desafío, un desafío constante. Cuando naces se te da una determinada cantidad de tiempo, y tu vida consiste en gastar ese tiempo. No hay otra cosa. Puedes gastarlo mejor o peor, cambiarlo por otras cosas valiosas, o simplemente derrocharlo todo en una noche, afrontando que no habrá un mañana. Que mañana pertenecerás al pasado. Así mismo, has de saber que todo lo que hagas, todas tus obras y logros, también son efímeros. Podrán durar más que tú, o mucho más que tú, pero el tiempo siempre estará asediándolas, poniéndolas a prueba. Desafiándolas. Y al final, siempre sucumbirán.
El tiempo también ayuda a la aparición de nuevas cosas. Al igual que todo tiene su final, todo tiene su principio. La buena noticia es que aún te quedan muchos logros y obras por realizar. Desafíos de la vida que sí puedes ganar. Pero eso sí, siempre que tengas tiempo.
Los imperios nacen, pero terminado su tiempo, desaparecen. Los monumentos se construyen con mayor o menor arrogancia, pero pasado su tiempo, siempre acaban siendo un nombre en un libro de Historia, nada más. Los continentes se mueven, acabado su tiempo se convierten en océanos, que acabado su tiempo se convierten de nuevo en continentes, hasta que a la Tierra se le acabe su tiempo. Todo se mueve. En su universo, el tiempo ha dispuesto un escenario en el que el nacimiento y la muerte son los parámetros que definen a cada uno de los entes que lo pueblan.
Todo es efímero, todo desaparece. Sólo el tiempo permanece por más tiempo. Pero también le llegará su momento.