martes, 22 de enero de 2008

La mala educación

Cada vez tengo más claro que la sociedad está perdiendo las formas. Quizás con esa idea absurda de que uno siempre debe decir lo que piensa y actuar como le de la gana; que si lo hace de otra forma, está reprimiéndose y que eso le acarreará severos traumas. También pasa con los padres, que piensan que si no dejan a sus hijos hacer lo que les dé la gana, eso minará su seguridad personal y su autoestima.
Por eso aplauden a sus hijos cuando a los cuatro años lloran y patalean hasta que les compran el juguete de turno, a los seis son expertos en sexo y violencia (sí, opino que un niño de 6 años no debería ver escenas de sexo por la tele, ¿qué pasa?), a los 8 graban las palizas que les pegan a sus "amigos" y las cuelgan en internet, a los 10 empiezan a beber, a los 12 beben compulsivamente, a los 14 empiezan con las drogas y a los 16 entran en un tratamiento de desintoxicación. ¡Si señor! Puede que no hayan llegado lejos, pero su autoestima es la óptima.
Bien, volviendo a las formas; yo creo que la vida sería por lo menos más elegante si recuperáramos las formas perdidas.
No hay nada de malo en ceder el asiento a alguien que lo necesita; no hay nada de malo en sonreír cuando hablas con alguien (incluso si es un desconocido y no tienes simpatía por él); no hay nada de malo en decir "Gracias", "Buenos días" o "Por favor". Me da igual que tengas mucha prisa por subir al tren, pero por educación me tienes que dejar bajar a mí primero. Si te voy a comprar algo, me tienes que atender bien, con una sonrisa y agradecido porque soy el que te da de comer, por muy poco que te gusten los extranjeros. Si te llamo no me cuelgues; apaga el móvil si no quieres que te interrumpan. Si te hablo contéstame. Si eres chica y te invito a algo, no me llames machista y me digas que no aceptas porque eres muy moderna, que eso sienta como una patada en la barriga. Si tienes una queja sobre mí, habla conmigo; no susurres a mis espaldas o me grites a la cara; eso es incivilizado; por muy natural que sea y por mucho que te salga del alma.
Por si alguien lo duda, todo esto son cosas que me han pasado (o he visto que pasan) y me han hecho sentir como si me hubiera equivocado de mundo.
En resumen, creo que dar un poco más de importancia a las formas; ser un poco más hipócritas si hace falta, ayudaría mucho a un ambiente más amable y más humano; menos animal