jueves, 28 de junio de 2007

El Crimen

Faltaban dos minutos para la hora. Todos estarían nerviosos, así que nadie se percataría de mi presencia. Sigilosamente, bajé las escaleras del fondo, por donde nadie suele pasar. y entré en la habitación menos concurrida; apenas diez personas, y nadie me conocía. Bien, nadie (que importase) sabía que yo estaba ahí. Me quité la gorra y las gafas de sol. Ahora tenía que centrarme en lo que tenía entre manos. Ejecutar la sucia operación lo más rápida y disimuladamente posible, terminar pronto y marcharme del lugar sin ser reconocido.
Dos horas, de tres que tenía, me llevó perpetrar aquel horrible acto. Antes de dejar el ominoso documento sobre el montón, lo miré por última vez, sabiendo que volvería a ver aquella imagen en las pesadillas de los próximos días y semanas.
Recogí mis cosas, me cubrí la cara de nuevo y salí del escenario. No había testigos, nadie me había visto, no me podían vincular con aquello.
En cinco minutos rodaba por la carretera en un autobús público, rodeado de gente inocente que seguro no había pecado como yo acababa de hacer. Cuando pude, me lavé las manos, la cara, los pensamientos ...
Ya sólo quedaba esperar el día de la nota... eso, y un milagro que pudiese redimir mi alma de teleco en pena.

martes, 26 de junio de 2007

Pide más

A tus pies, el inicio del camino. Miras a los lados, no hay competencia. No miras atrás atrás, miras al frente; el horizonte, el lugar donde el destino toma la forma de todos tus deseos.
Se te ofrece la gloria, la posibilidad de escribir una historia épica, la posibilidad de un futuro que tendrá espacio en la historia del futuro, la posibilidad de pedir más. Se te ofrece un orbe con una etiqueta que dice "cómeme". Se te pide sólo que seas consciente, por tus propios medios, de que tienes esta oportunidad. Nadie te dirá "ahora es el momento", "ésta es la forma". Es tu oportunidad para elegir entre salir en busca del destino, de obtener lo mejor, de ser cada vez más grande.
O puedes conformarte con lo que eres, decidir que has alcanzado el techo de lo que quieres para ti, el momento más brillante de tu vida. Decidir que a partir de ahora ya no hay que crecer más, que es el momento de esperar que el destino decida, según su capricho qué cosas quiere darte, y tomarlo crudo.
Este mundo, todos los mundos, se mueven a hombros de gigantes. Pero todos, al nacer, somos igual de pequeños.
Decía Konrad Adenauer, padre de la Alemania democrática de la posguerra, que todos vivimos bajo el mismo cielo, pero que ninguno tenemos el mismo horizonte. ¿Cuál es tu horizonte?
Confórmate con lo que tienes, eso es sabio, pero nunca con lo que eres, con lo que puedes llegar a ser, con lo que eres capaz de hacer, de vivir.
Se más, haz más, vive más ... pide más.

sábado, 16 de junio de 2007

La vida en busca del descanso

El Lunes me despierto cinco veces antes de levantarme, desganado. Y al rato me acuerdo de ti. El Martes me despierto descansado y feliz, hasta que la radio me recuerda que es Martes. Y al rato me acuerdo de ti. El Miercoles me despierto con prisas para agotar el día y que sea de noche para tener el fin de semana más cerca. Y al rato me acuerdo de ti. El Jueves me despierto, simplemente. Y al rato me acuerdo de ti. El Viernes me despierto, y no me levanto, ¡salto de la cama!. Y al rato me acuerdo de ti. El Sábado me despiero, para vivir como un hombre libre. Y al rato me acuerdo de ti. El Domingo recupero la conciencia, resacoso. Y como comprenderás, al rato ni me acuerdo de ti ni del resto de la semana ni qué demonios hago en la parada del autobús.