lunes, 7 de marzo de 2011

Animal

No sabía por qué se encontraba triste. Triste y calmado. En estos casos le invadía una extraña sensación. Una sensación de consciencia, de repente se daba cuenta de que existía, y reflexionaba sobre las cosas que le habían pasado últimamente, sobre su situación actual. En estos momentos estaba triste. Y no sabía por qué.

La noche anterior se había peleado y había salido ganando, aunque un poco escaldado. Luego había estado follando con su Gorda, que se excitaba cada vez que le veía pelearse con alguien. La vida le sonreía.

¿O quizás no? Llevaba meses en el paro. No le daban trabajo por la crisis. Él sabía cargar ladrillos. Toda su vida había hecho eso desde los 16 años. Y ahora le pedían títulos. Incluso en una entrevista se burlaron de él por que leía lento. ¿Y qué? ¿Quiénes se creían ellos para juzgarle? En el colegio nunca le gustó leer. Qué mierda de país donde se discriminaba a los torpes.

Se recostó en la cama, dejó la cerveza en la mesilla de noche y siguió durmiendo. Al fin y al cabo, nadie le esperaba a las 11 de la mañana.

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