sábado, 4 de octubre de 2008

Un error fundamental

Cometes un error fundamental, y el no darte cuenta, no te da ninguna ventaja. No se trata de tu ropa, combina bien, te sienta bien y está pulcramente cuidada. No van por ahí los tiros. No se trata de tu peinado, pues debo reconocer que como guinda al pastel, es una guinda deliciosa. Ni tampoco de tus zapatos; parece mentira que su suela esté tocando el sucio suelo; si no supiera que es físicamente imposible, juraría que has volado a varios centímetros de altura durante las últimas horas. Hablando de física; ¡no! tampoco es tu forma física; y no me vuelvas a preguntar, que es un juego que conozco demasiado bien. Ni responderé. No se trata de tu estatura, a pesar de los motes que te valgan. Ni los andares, ni la sonrisa, ni la voz...

No se trata de eso. El error está a un nivel más alto, más abstracto y complejo; pero no por ello menos fundamental. Lo siento, pero hoy en día ya no vale con un buen físico y una buena presencia. No basta con que te quedes quieta, sonrias y seas lo más guapa que puedas. La belleza abunda, es la media, es común.... Hace falta algo más... como no cometer errores fundamentales

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