jueves, 3 de mayo de 2007

El torero chino

Valor. Este texto trata de eso, de valor.

Mirad esta foto obtenida el 5 de Junio de 1989 en la plaza de Tiananmen, en Pekín (China). Un hombre plantado de pie ante 4 tanques. Si bien hace poco hablaba de una foto también histórica que demostraba la pequeñez del hombre, esta demuestra lo grande que puede llegar a ser. Me pone los pelos de punta y me descubro ante uno de los mayores héroes que no conozco. No es una estatua, de hecho en grabaciones de video se ve que cuando uno de los tanques intenta esquivarlo, el hombre se mueve para seguir estando en frente.

¿Cuántos de vosotros estaría dispuesto a plantarse ante un toro, previo entrenamiento para poder evitar sus cuernos, sabiendo que os darán una cantidad ingente de dinero? Yo pienso que muchos, pero posiblemente seais sólo unos pocos. Ahora, ¿cuántos de vosotros estaría dispuesto a plantarse ante un tanque, sin ningún entrenamiento, con la firme decisión de no dejarle pasar si no es por encima de vosotros, sabiendo que lo más que os darán es un tiro en la cabeza?

Visto desde esta perspectiva, ¿no os parece un poco frívolo ejemplificar el valor con el oficio del torero? El valor es mucho más que espectáculo, es mucho más que tradición; mucho más que una tarde de toros. Es el arma, escudo y espíritu de la libertad. Los valientes no son los que actúan por su propio beneficio. Son los que, no teniendo en su mano nada más que valor, sea lo que sea eso, plantan cara a la injusticia, al mal.

De hecho, el torero chino al que hace alusión el título de este texto, no es el hombre de Tiananmen. Un torero esquiva, planifica cada golpe, conoce a fondo al toro, es más inteligente que él. El hombre de Tiananmen no esquiva, ataca; no tiene estrategia, sólo pasaba por ahí; no conoce a su enemigo, pero éste lo puede saber todo de él.

En la plaza de Tiananmen tenía lugar una corrida diferente. En estas corridas, el torero es todo poder que pretenda aplastar el espíritu humano. El toro es el Hombre Medio. Morirán muchos toros, pero un torero que no se retire, envejecerá, se hará mas lento y débil, y entonces en una mala jugada, no conseguirá esquivar los cuernos.

El hombre de Tiananmen, esa frágil y borrosa figura valientemente inmóvil ante mastodontes mecánicos cargados de muerte, es la demostración de que el Hombre Medio siempre pierde las batallas porque está peor armado, pero gana todas las guerras, porque está mejor dotado.

Más sobre la matanza de Tiananmen: enlace a Wikipedia

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