martes, 13 de enero de 2009

Un día de ira

Primero, las buenas intenciones amanecen, los pensamientos limpios llenan el estómago con el desayuno. Pero al otro lado de la puerta, las cuentas cambian, los números son otros, las ecuaciones rigen otra realidad.

Un frío infernal arropa los primeros brotes de descontento. En el banco de la estación, media hora se marchita, regada con el agua poluta de la ineptitud humana.

El estrés nace en la ciudad; cuyas venas colapsadas de eritrocitos humeantes llenan los alveolos de gases venenosos (en pequeñas cantidades, intoxicación tántrica a cámara lenta).

La espada del cansancio se levanta contra toda la mente. Aliados los malentendidos, la incomprensión de los incomprensores sistemáticos, y los descuidados descuidados en la ocultación cuidadosa de sus descuidos; la invasión de toda realidad es inminente. El imperio del hartazgo expande sus fronteras.

Llega la noche, la oscuridad ilumina el día de ira que ha pasado. Aún los últimos coletazos del animal están pendientes. Espectaculares sucesos se avecinan, este animal aún puede dar mucho de sí, y promete impresionantes trucos. Tiempo al tiempo... aunque no quede mucho, porque se acaba este gran día.

2 comentarios:

Estela dijo...

Hola Emil!, gracias por el comentario que dejaste en mi blog hará como un mes y medio (y que no he visto hasta ahora xDD).
Por cierto un post un tanto decadente el tuyo, no? Espero que el "imperio del hartazgo" fuese derrumbado jejeje.
Nos vemos!

E dijo...

Claro! Es un día de ira jeje