miércoles, 24 de octubre de 2007

¿Por qué la Ley de Memoria Histórica hace que nos olvidemos de cosas?

Hace 80 años, que no son pocos, hubo una horrible guerra en España. Una sublevación militar acabó con un gobierno establecido, legítimo, pero tremendamente problemático. Si no hubiera sido por el golpe militar, se habría ido al garete de cualquier otro modo.
Pero no voy a entrar en esa discusión. Como digo, es algo que sucedió hace 80 años. No podría dar una opinión válida, pues por aquella época el mundo era un lugar muy diferente. Estados Unidos estaba encerrado en sí mismo con la Doctrina Truman, el nacional-socialismo (la doctrina de Hitler), el fascismo y el socialismo amenazaban a la democracia, refugiada en el Reino Unido. Ciertamente, dar un juicio moral sobre cualquier cosa sucedida en aquel mundo desde mi cómodo asiento en el mundo en que una noticia tarda milisegundos en cruzar el planeta, es una insensatez. Es la diferencia entre "historia" y "política".
Por eso digo, me parece muy bien que haya gente que le hubiera gustado que la República ganara la Guerra Civil, que insistan en que eran moralmente superiores y todas esas historias. Lo que ya no me parece bien, es que desahoguen sus frustraciones invirtiendo dinero público. Indirectamente, nos está señalando a todos como responsables de la falta de reconocimiento del bando republicano; y resulta que yo no soy responsable de algo que sucedió hace 80 años. ¿Por qué debería pagar por ello?A mí que no me señalen, yo soy inocente. Pagar a la Iglesia es opcional, eso me parece muy bien y estoy a favor; pero ¿por qué no debe ser opcional pagar por todos los proyectos del Gobierno que no me interesan?
Ahora bien, todo esto que digo, no justifica el título de esta entrada. Como digo, estamos en un mundo que se califica como "Aldea Global". No hay países lejanos, no hay gente rara, cualquier cosa que suceda en cualquier lugar a cualquier persona nos afecta a todos. Por eso pregunto yo ¿es que no hay suficientes problemas, no ya sólo en España, sino en el mundo como para preocuparnos de algo que sucedió hace 80 años?
Sería mucho más razonable que los diez minutos por edición de Telediario que se lleva la Ley de Memoria Histórica, se dedicaran a recordarnos la Crisis de Darfur, por ejemplo, que está sucediendo mientras escribo esto y lamentablemente seguirá sucediendo mientras tú lo lees.
¿Por qué debemos recordar que Eleuterio Gómez (nombre inventado, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad) murió en una trinchera (matando a otras personas; por muy republicano y de izquierdas que fuera, a una guerra se va a lo que se va) y fue olvidado, y no recordar que aún podemos salvar la vida de Samira, una refugiada sudanesa que malvive en un campo de refugiados? ¿O es que la Ley de Memoria Histórica pretende que la vida de un español muerto hace ochenta años vale más que la de una sudanesa que seguramente morirá si el mundo no hace nada? ¿No es cierto que la Ley de Memoria Histórica es la Ley del Olvido del Presente?
Y eso por no hablar del dinero. ¡Cuánto bien podría hacer al mundo el dinero tirado en renombrar calles y tirar estatuas, en acabar con los restos históricos para reescribir la Historia! No quiero que mi dinero se invierta en eso, pero estaría dispuesto a dar el doble o más si supiera que ese dinero aliviará el sufrimiento presente y real de mis vecinos de la Aldea Global.
Con el Google Earth puedo ver los patios de sus casas (probadlo, Darfour viene destacado en Google Earth). Es evidente que están más cerca de mí que Eleuterio Gómez, en Paz descanse. Es evidente que su sufrimiento me afecta mucho más.
¿No es momento de dejar de gastar energías en debates que no llevan a ningún sitio (si en el Parlamento hablaran del olor de las nubes, serían igual de productivos que ahora y además, sin crispación) y tomar conciencia que vivimos en un mundo donde no estamos solos, donde la política es política internacional y no sólo interna? Quizás es que a más de un político le falta la capacidad intelectual necesaria para comprender cómo funciona un mundo globalizado.
O eso, o es que no acepta la Globalización, y prefiere separarlo en parcelas comunicadas sólo mediante una Alianza de Civilizaciones, sea lo que sea eso.

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