jueves, 13 de julio de 2006

La propina

Te miro con una cara que te es familiar. Y te hablo de muchas cosas; con entusiasmo te cuento los viajes que he hecho. ¡Ni te imaginas los lugares que he visto!. Intento que escuches lo que te cuento sobre las personas que he conocido y que aún recuerdo. Me muestro como un libro abierto; pero tú simplemente no quieres leerlo; me miras con desprecio de cuando en cuando.
Mi piel cobriza... ¿Nunca te preguntaste quiénes más la acariciaron como acabas de hacer tú? ¿Acaso has visto las heridas que luce? ¿No sientes curiosidad por saber cómo me las hice?
Yo he viajado, y mucho. Siempre buscándote a tí. Muchos me ayudaron a llegar, pero otros me aprisionaron meses y años. Me tiraron, me robaron, me olvidaron, me encontraron, me amaron, me odiaron ... Mi desaparición fue motivo de alegría para algunos. Otros se despidieron de mí con gran pesar.
He visto mundo, mucho más que tú. Pero sé que siempre te he buscado, como un iluso y como un idiota. ¿Por qué me haces esto? ¿No ves que trato de hacerte feliz? Trato que veas el valor que tengo; el que puedo llegar a tener en el futuro ¿Por qué me abandonas?
Coges tu bolso, te levantas y te marchas sin mirarme; ni siquiera un adios.
Y yo me quedo tirado, en la mesa de este bar; en una bandeja de aluminio frío y sucio, esperando que venga el camarero y me arroje al tarro de las propinas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás busques una idea, una ilusión, lo has idealizado tanto que te será difícil encontrarlo.
Creo que tu eres el que debe de decir adios, y empezar de cero.

Anónimo dijo...

Ahora si tiene todo más sentido.. pero vaya q sigue siendo rebuscaillo :P