Hablemos de motivación. Las personas somos básicamente, visto desde un punto de vista muy frío, máquinas que se mueven del Punto A (el presente) al Punto B (el resultado de la acción que la máquina ha realizado, partiendo del Punto A). Nuestra vida consiste en ir pasando de Puntos A a Puntos B constantemente. Estoy aburrido (Punto A), salgo de mi casa, paseo y si encuentro a alguien interesante, converso; consiguiendo desaburrirme (Punto B). Quiero escribir este artículo (Punto A); entro en Internet, me meto en mi blog, y lo escribo (Punto B; mi localización en este mismo momento, por si me buscas).
Pero nadie pasa del Punto A al B sin un buen motivo; hay que vencer una inercia, una resistencia al arranque, que debe estar bien justificada. Eso es la motivación. Existen siempre más motivaciones que acciones. Algunas no son lo suficientemente fuertes como para desatar una acción (no, no lo son; si llevas tiempo queriendo intensamente hacer algo y nunca te pones a ello, es porque no te importa tanto; empieza por desearlo más fuerte hasta que lo hagas. ¡Estimula tu motivación!). Continuamente aparecen nuevas motivaciones; motivaciones que antes no estaban y tienen su origen en la culminación de una acción o bien durante el viaje del Punto A al B. Algunas son lo suficientemente fuertes como para marcarnos otro Punto B.
Todo esto era para describir esas motivaciones; las que nos apartan del camino; o para que suene menos pecaminoso; las que nos ofrecen nuevas metas a cambio de renunciar a las anteriores.
Estoy seguro que, cuando decidiste visitar mi blog, tenías pensado hacer otras cosas. Sin embargo, llegaste aquí, sólo por curiosidad, y te quedaste leyendo esto; olvidando a lo que venías cuando te conectaste a Internet. Pero... ¿cuándo decidiste conectarte a Internet? Quizás mientras estabas repasando unos papeles y algo te llevó hasta el ordenador. Y antes de revisar esos papeles, tenías pensado salir un momento a tomar el aire. Porque te habías cansado de hacer ejercicio, y aunque no habías cumplido la cantidad marcada, necesitabas tomar aire.... y así sucesivamente. Estos son las motivaciones de un día cualquiera....
Pero... ¿y las motivaciones que marcan el rumbo de tu vida? ¿Cuantos Puntos B has tenido a lo largo de tu vida? Tuvo que haber un primer Punto B. Una vez aspiraste a algo; por el camino te diste cuenta que para alcanzar ese objetivo, quizás necesitarías primero conseguir otra cosa; pero te gustó tanto eso, que profundizaste, y tus aspiraciones cambiaron de color. Y así, multitud de veces. Pero, ¿serías capaz de encontrar el Primer Punto B? ¿Serías capaz de encontrar tu Motivo Primordial?
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